Muchos siglos antes que Kant, un tal Longino, en la antigua Grecia, definía a lo sublime como algo de "una belleza extrema, capaz de arrebatar al espectador a un éxtasis más allá de su racionalidad, o incluso de provocar dolor por ser imposible de asimilar".
Es lo que hizo Leonardo Favio con Aniceto. No existe otra palabra para definirlo."L´architecture est le jeu savant, correct et magnifique des volumes assemblés sous la lumière ", Le Corbusier
domingo, 22 de junio de 2008
"...es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz".
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